La reciente celebración del Día Mundial del Alzheimer ha servido para llamar de nuevo la atención sobre el papel clave que podrían desempeñar algunas enfermedades periodontales en el origen y desarrollo de esta enfermedad mental. Instituciones como la Federación Europea de Periodoncia o la SEPA, que cuenta con un activo grupo de trabajo en este ámbito, subrayan la importancia que puede tener una buena salud bucodental en la prevención de este trastorno que afecta a millones de personas en todo el mundo.
La evidencia actualmente disponible sugiere que la enfermedad periodontal puede acelerar o incluso iniciar la enfermedad de Alzheimer. Por eso, el Día Mundial dedicado específicamente para concienciar sobre esta enfermedad, instituido en 1994 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y auspiciado por Alzheimer's Disease Internacional (ADI), resulta útil para insistir en la necesidad de vigilar de forma exhaustiva la salud periodontal en las personas en riesgo y también en aquellas afectadas por esta enfermedad, así como para recordar que recientes investigaciones apuntan la estrecha relación entre Alzheimer y periodontitis.
Y es que, como se ha llamado la atención desde la propia EFP, prevenir o tratar la enfermedad de las encías con un cepillado diario eficaz y una higiene dental profesional puede reducir la cantidad de bacterias en la boca, lo que conduce a una disminución del nivel de inflamación en las encías. "La investigación actual está evaluando si el beneficio establecido en la boca se traduce en una degeneración más lenta del tejido cerebral, medida por la función cognitiva", ha apuntado la secretaria general de la EFP, Nicola West, profesora de Periodoncia en la Universidad de Bristol en el Reino Unido.
La posible asociación entre periodontitis y enfermedad de Alzheimer se planteó ya hace años, y podría explicarse de manera bidireccional: por un lado, el deterioro cognitivo progresivo limitaría los hábitos de higiene bucodentales, afectando a la salud oral; y, por otro lado, el proceso inmuno-inflamatorio crónico y la inflamación sistémica secundaria a la periodontitis podría inducir fenómenos neuro-inflamatorios que favorecieran la enfermedad de Alzheimer.
Tal y como ha manifestado Nicola West, "creemos que el sistema inmunológico está implicado en el inicio y la progresión de la enfermedad de Alzheimer y, a medida que envejecemos, nuestro sistema inmunológico se vuelve menos eficaz", ha detallado. En este sentido, se sabe que una fuente importante de infección bacteriana crónica en la enfermedad de Alzheimer es la boca.
Investigaciones recientes sugieren que la infección bacteriana profundamente arraigada en el margen de la encía puede, en última instancia, representar una amenaza para la función cognitiva en el cerebro. “Se cree que estas bacterias orales ingresan al torrente sanguíneo desde las encías inflamadas, donde desencadenan la liberación de células inflamatorias que luego aumentan la 'filtración' de la barrera hematoencefálica. Esto permite que las bacterias y sus toxinas ingresen al cerebro mismo, donde pueden causar daño al tejido cerebral", apunta West.
Acumulación de evidencias
Recientemente, el grupo de trabajo de la Prof. Nicola West publicó en “Periodoncia Clínica” una revisión examinado la evidencia sobre la coexistencia de periodontitis y enfermedad de Alzheimer, y exponen las posibles razones por las que la periodontitis puede provocar una cadena de eventos que finalmente desembocan en la demencia más prevalente del mundo. Tal y como señalan en este artículo, aunque todavía queda mucho sin aclarar acerca de los mecanismos subyacentes específicos, se considera que existe una estrecha relación entre ambas enfermedades y que está relacionada con las bacterias implicadas y los estados inflamatorios crónicos comunes.
Lo cierto es que en los últimos años se han ido acumulando crecientes evidencias sobre esta vinculación entre salud periorondal y riego de desarrollar enfermedad de Alzheimer. En 2019, un estudio publicado en Science Advances, del equipo de investigación del doctor Jan Potempa, microbiólogo en la Universidad de Louisville, en Estados Unidos, detectó un patógeno propio de las periodontitis crónicas en el cerebro de pacientes con Alzheimer.
Ya en 2020, la revista Journal of Clinical Periodontology publicó los resultados de una investigación realizada con 150 participantes en la Facultad de Odontología de Santiago de Compostela en la que se encontraron indicios de que enfermedades inflamatorias como la periodontitis podrían contribuir al desarrollo y la progresión de esta enfermedad neurodegenerativa.
Desde SEPA también se recuerda que, en las personas diagnosticadas con enfermedad de Alzheimer, y en función del estado de la patología en el que se encuentren, es posible que comiencen a descuidar su higiene bucodental diaria, por lo que la supervisión de un familiar o cuidador es fundamental para evitar desarrollar enfermedades bucodentales.